Comenzamos la sesión leyendo el relato de la resurrección sobre Tomás.
Y trabajaremos ejemplos prácticos de la diferencia entre la lógica de Dios y la lógica de Tomás:
1. Perdón y misericordia: La lógica del hombre a menudo se basa en la justicia retributiva, donde se espera que las personas paguen por sus errores. Sin embargo, la lógica de Dios se basa en el perdón y la misericordia. Un ejemplo claro es el perdón que Dios ofrece a través de Jesucristo, incluso cuando nosotros no merecemos su gracia.
2. Humildad y servicio: La lógica del mundo suele promover el poder, la prominencia y el éxito personal. En contraste, la lógica de Dios enfatiza la humildad y el servicio a los demás. Jesús lavando los pies de sus discípulos es un ejemplo concreto de esta lógica divina en acción.
3. Confianza en la providencia: La lógica humana tiende a confiar en el control propio y en el planificación meticulosa para asegurar el futuro. Por otro lado, la lógica de Dios nos llama a confiar en su providencia y soberanía, reconociendo que Él tiene un plan perfecto incluso en medio de la incertidumbre.
4. Amor hacia los enemigos: La lógica del hombre a menudo impulsa la venganza y el resentimiento hacia quienes nos han hecho daño. Sin embargo, la lógica de Dios nos enseña a amar incluso a nuestros enemigos y a buscar la reconciliación en lugar de la retaliación (Acción de castigo o venganza a causa de una agresión o falta).
5. Dar en vez de recibir: La lógica del mundo tiende a enfocarse en la acumulación de riquezas y bienes materiales para satisfacer nuestras propias necesidades y deseos. En contraste, la lógica de Dios nos enseña a dar generosamente a los necesitados y a buscar el bienestar de los demás por encima del nuestro.
6. Valoración de lo invisible: La lógica del hombre a menudo valora lo que es tangible y visible, como el éxito material o la belleza física. Sin embargo, la lógica de Dios nos llama a valorar lo invisible, como la fe, la esperanza y el amor, que son fundamentales en la vida espiritual y eterna.
7. Paciencia y perseverancia: En un mundo obsesionado con la gratificación instantánea y el éxito rápido, la lógica de Dios nos llama a ser pacientes y perseverantes en medio de las pruebas y desafíos. Esto significa confiar en el tiempo y el plan de Dios, incluso cuando las cosas no suceden según nuestros deseos o cronogramas.
8. Renuncia al orgullo: La lógica del hombre a menudo exalta el orgullo y la autoexaltación, buscando reconocimiento y admiración de los demás. Por otro lado, la lógica de Dios nos llama a renunciar al orgullo y a humillarnos ante Él y ante los demás, reconociendo que toda gloria y honor pertenecen a Dios.
VEr a partir del minuto 17. Cómo el actor se identifica con la misión de Cristo:
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