Visión de la situación actual de la Orden: El Ministro General, Fr. Massimo Fusarelli, presenta una visión general sobre la situación de la Orden Franciscana, basada en el discernimiento y la escucha de los hermanos en todo el mundo.
Reafirmación de la identidad de hermanos y menores: Se subraya la necesidad de profundizar en la identidad de la Orden como fraternidad de "hermanos y menores", con una llamada urgente a ser verdaderos hermanos entre sí y con los demás.
Fermento de fraternidad en un mundo dividido: Se destaca la misión profética de la Orden en un mundo marcado por la división, la violencia y la exclusión, impulsando la fraternidad universal promovida por el Papa Francisco en Fratelli Tutti.
Compromiso con la ecología integral: La Orden renueva su compromiso con el cuidado de la casa común, la ecología integral y la denuncia de las estructuras que generan injusticia medioambiental y social.
Camino sinodal y Capítulos de las Esteras: Se impulsa un camino sinodal con la participación de laicos y religiosas franciscanas, destacando la importancia del Capítulo Internacional de las Esteras en junio de 2025.
Respuesta a los signos de los tiempos: La Orden se esfuerza por responder a los desafíos contemporáneos, como la paz, la casa común, la libertad religiosa y la presencia de Dios en un mundo cambiante.
Internacionalización y colaboración entre entidades: Se promueve la creación de fraternidades internacionales e interprovinciales, especialmente en formación inicial, para fortalecer la identidad franciscana global.
Atención a las estructuras de la Orden: Se impulsa la revisión y simplificación de las estructuras de la Curia General y las Conferencias, fomentando la transparencia económica y la colaboración operativa.
Formación integral y formación inicial: Se identifica la necesidad de renovar los procesos de formación inicial y permanente, con un enfoque más adecuado para las nuevas generaciones y la realidad cambiante.
Vocación de hermanos laicos: Se reconoce la importancia de la vocación de los hermanos laicos, superando el clericalismo y afirmando la identidad de hermanos y menores como central en la vida franciscana.
Cuidado de la fraternidad interna: Se promueve el fortalecimiento de la fraternidad mediante la comunicación, el diálogo intergeneracional, la reconciliación y la sanación de las heridas personales e institucionales.
Espiritualidad franciscana y búsqueda de Dios: La Orden enfatiza la necesidad de reavivar la oración comunitaria, la liturgia de las horas, el silencio y la meditación, impulsando el espíritu de oración y devoción.
Cuidado de la castidad consagrada: Se llama a una reflexión profunda sobre la castidad, la afectividad y la sexualidad consagrada, con la elaboración de un documento internacional que aborde estos temas.
Prevención de abusos y protección de menores y adultos vulnerables: Se destaca la creación de una Oficina de Protección de Menores y Adultos Vulnerables, que trabaja en la formación y prevención en toda la Orden.
Misión evangelizadora: La misión ad gentes sigue siendo una prioridad, con esfuerzos para fortalecer presencias misioneras en países como Sudán del Sur, Papúa Nueva Guinea, Marruecos, Turquía y Cuba.
Red Franciscana de Migrantes y Paz: Se promueve la creación de la Red Franciscana de Migrantes en el Mediterráneo, América Latina y Asia, para acompañar a los migrantes y refugiados en su camino.
Nuevas formas de presencia y evangelización: Se revitalizan las nuevas formas de presencia y misión, con un enfoque en el acompañamiento a los más pobres, la simplicidad de vida y la cercanía a los márgenes.
Evangelización digital y vía de la belleza (via pulchritudinis): Se crea una comisión para la evangelización en el continente digital y otra para la evangelización a través de la belleza y el arte.
Compromiso con la economía fraterna: Se trabaja en la transparencia económica, la recaudación de fondos y el uso responsable de los recursos, promoviendo una economía solidaria y corresponsable.
Llamado a la conversión y la misión profética: Se hace un llamado a la conversión personal y comunitaria, a la misión profética y a la renovación de la vocación franciscana para enfrentar los desafíos del mundo actual.
Escucha activa del Espíritu y lectura de los signos de los tiempos: La necesidad de escuchar al Espíritu Santo para discernir el rumbo de la Orden y responder a los desafíos actuales con una actitud de apertura y valentía.
Redefinición de la misión de la Orden en Europa postsecular: La evangelización en un mundo postsecular se presenta como un desafío fundamental, donde la presencia franciscana debe replantearse para llegar a personas alejadas de la fe.
Valoración de la fragilidad y la vulnerabilidad: La disminución de vocaciones, el envejecimiento de los hermanos y la experiencia de la fragilidad humana no se consideran una "desgracia", sino una oportunidad para redescubrir la acción del Espíritu.
Diálogo interreligioso e intercultural: Se reconoce la importancia de fortalecer el diálogo interreligioso e intercultural, especialmente en contextos de misión y presencia en países de diversidad religiosa y cultural.
Revisión de la Ratio Formationis Franciscanae: La propuesta de revisar la Ratio Formationis (el marco formativo) para adaptarla a los nuevos contextos culturales, generacionales y de misión.
Reconocimiento de la diversidad de la Orden a nivel mundial: Se subraya la riqueza que implica la presencia de la Orden en más de 120 países, con una diversidad cultural que enriquece la vivencia del carisma franciscano.
Fortalecimiento de la pastoral vocacional: La necesidad de innovar los métodos de la pastoral vocacional, especialmente en un contexto en el que se enfrentan desafíos para conectar con las nuevas generaciones.
Transformación de la Curia General y las estructuras de gobierno: Se trabaja en la reestructuración de la Curia General para que sea un órgano más ágil, operativo y funcional, al servicio de la misión de la Orden en lugar de una mera estructura administrativa.
Participación de los jóvenes en la vida de la Orden: Se subraya la importancia de escuchar la voz de los jóvenes, tanto en la formación inicial como en la vida de la Orden, para que no sean simplemente "destinatarios" de la misión, sino protagonistas.
Redefinición de las relaciones con la Iglesia local y las parroquias: Se revisa la relación de la Orden con las diócesis locales y la forma en que la Orden gestiona sus parroquias, para garantizar que la fraternidad sea siempre el centro de la acción pastoral.
Impulso a la economía circular y sostenible: Se menciona la importancia de avanzar hacia una economía franciscana basada en la sostenibilidad, la ecología integral y la autosuficiencia de las Entidades, reduciendo la dependencia económica.
Redefinición de las misiones y los vicariatos apostólicos: La revisión de la presencia franciscana en vicariatos y prefecturas apostólicas, evaluando en cuáles la Orden debe continuar presente por razones misioneras o históricas, y en cuáles se puede ceder la responsabilidad.
Fortalecimiento del trabajo en red con la Familia Franciscana: Se busca una mayor integración con la OFS (Orden Franciscana Seglar), las Clarisas y las Hermanas de vida activa para impulsar proyectos comunes de evangelización y misión.
Presencia en las fronteras de la humanidad: La opción preferencial por los pobres se traduce en una presencia real en los márgenes sociales, donde se encuentran migrantes, refugiados, pueblos indígenas y comunidades en extrema pobreza.
Acciones concretas para la protección de menores y adultos vulnerables: La creación de la Comisión Internacional de Protección y la elaboración de protocolos de protección en todas las Entidades muestran el compromiso con la prevención de abusos.
Compromiso con la formación académica y la Universidad Pontificia Antonianum: Se analiza la misión de la Pontificia Universidad Antonianum (PUA) para fortalecer su papel formativo e intelectual dentro de la Orden y la Iglesia.
Superación del individualismo y la autonomía personal: Se denuncia la "autonomía" individual como un riesgo para la fraternidad, llamando a una interdependencia mutua basada en la obediencia fraterna y el compromiso recíproco.
Mayor compromiso con la castidad y la vida relacional: Se busca una comprensión renovada de la castidad consagrada, no solo desde una perspectiva sexual, sino como una entrega total a los demás en la fraternidad.
Construcción de una Iglesia más sinodal y participativa: Se destaca la importancia de la colaboración con los laicos y las laicas en la misión evangelizadora, integrando su protagonismo en la vida de la Orden.
Replanteamiento del uso de los medios digitales y las redes sociales: Se plantea la necesidad de elaborar directrices para el uso adecuado de las redes sociales y de protocolos para prevenir la adicción a ellas entre los frailes.
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