hace 1 día
Mi homilía para hoy Tomás vs Francisco
- Fray Dino
- hace 13 horas
- 2 Min. de lectura
Cuando leo este evangelio de Tomás, incrédulo, exigente, desconfiado, enfadado seguramente porque Jesús no cumplió su expectativa...
Siento que es el principio de todos nuestros caminos, al final del cual nosotros tenemos como modelo a Francisco de Asís, y al mismo Tomás tras haber hecho su camino.
Aunque este evangelio nos dice, en una misma línea, que los apóstoles eran tardos para creer y que eran enviados a anunciar la resurrección, todos sabemos por propia experiencia que estas dos situaciones se distancian un largo camino.
Santo Tomás: el que exige tocar para creer
Se enfrenta al anuncio de la Resurrección con duda provocada por su exigencia personal, su enfado, su protesta porque las cosas no son como yo las haría..
Exige ver y tocar las heridas de Jesús (Jn 20,25).
Su miedo: no quiere ser engañado ni ilusionarse en vano. Quiere estar seguro de que Jesús se ocupa de sus asuntos.
Busca certeza física para poder creer.
San Francisco de Asís: el que quiere curar y amar
Cuando Francisco escucha:'Ve y repara mi Iglesia' Francisco no se siente enviado a hacer cosas, sino que se siente movido a una infinita compasión por Jesús, que tanto ha dado por nosotros y nosotros no paramos de ponerle condiciones, exigirle cosas, pedirle pruebas, exigir ver y tocar para creer.
Francisco comprende el mandato de Jesús ("Repara mi Iglesia") como sanar su Cuerpo.
No pide tocar: pide poder ayudarle a llevar su cruz, o compartir su dolor, se identifica con Él
No pide tocar, por eso recibe los estigmas, Jesús se identifica con Francisco y viceversa; participando en el dolor glorioso de Cristo.
Comparación entre ambos
Tomás:
Se acerca buscando prueba.
Necesita tocar para convencerse.
Francisco:
Se mueve por el amor y la compasión. Ama
Se ofrece a ser parte corresponsable del cuerpo de Cristo.
Convergencia final:
Ambos son abrazados por Cristo. Porque ambos somos cada uno de nosotros, antes y después de este camino
Jesús responde con misericordia tanto a la duda como al amor. Porque solo su amor nos alimenta en el camino
La Resurrección, como la fe, no borra las heridas: las transforma en cruz redentora.
Mensaje para nosotros hoy
Dudar honestamente es un paso hacia la fe.
Compadecerse sinceramente es el primer paso hacia la gloria.
¡No tengamos miedo de nuestras dudas, tan solo seamos constantes en la oración y en la búsqueda de la santidad!
